- Patricio Hidalgo / Enrique Barona (Canto).
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Imágenes: Jaranas y Guitarras de Son.
LETRA:
¿Quien te quiere, quien te llama?,
por tu bien o por tu mal;
¿Quien te cortó de la rama,
que no estás en mi rosal?.
¡Ay llorar, Llorona,
pero qué infelicidad!
Ya me llevan, ya me traen
preso para la ciudad,
con grillos y con cadenas,
cautivo y sin libertad.
Para qué quiero yo cama,
cortinas y pabellones,
si no me dejan dormir
muchas imaginaciones,
para qué quiero yo cama,
cortinas y pabellones.
¡Ay de mi Llorona!
mi alma déjame llorar,
¡Ay llorar Llorona!
mi alma déjame llorar,
que la causa de mi llanto
es que nunca supe amar,
y por eso lloro y canto.
[No lloren ojos hermosos,
no lloren que se hacen mal,
y es lástima que dos soles
queden turbios por llorar.
No lloren ojos hermosos,
no lloren que se hacen mal].
[La última estrofa proviene de un "Estrivillo" de
las poesías amorosas de fray Joseph Ignacio Troncoso (Puebla, 1795), Archivo
General de la Nación - México, Inquisición, vol. 1385, exp. 14, f. 47].
Muchos de los rasgos fundamentales de la cultura mexicana
son plenamente barrocos y se forjaron durante el siglo XVII. Esto resulta
particularmente acertado en el terreno de la música: la continuidad del son en
México es un vínculo que une su presente y su pasado.
Los "sones de la tierra" novohispanos, que
anteceden a la diversidad del son mexicano, conservan mucho de las
orquestaciones coloniales, de los giros tradicionales que hermanan (en
particular, sones de Veracruz, la Huasteca y Guerrero), con las folías,
jácaras, jotas y fandangos.
El Son, en sus diversas variantes regionales, constituye la
parte más antigua y entrañable de la música tradicional mexicana; encontrándose
ampliamente difundido en todo el territorio novohispano en el S. XVIII.
Los sones mexicanos son piezas para tocar, cantar y bailar,
basadas en patrones rítmicos y armónicos recurrentes. Se tocan principalmente
con instrumentos de la familia de la guitarra, y con algunos instrumentos de
cuerda, tales como el arpa y el violín. La improvisación es común en todos los
terrenos, tanto el instrumental, como el poético y coreográfico. Estas
características definen también a los sones hispanos de la época barroca.
La guitarra es el instrumento más importante en un conjunto
jarocho. Hay dos tipos de guitarras: las de rasgueado, llamadas jaranas, que
vienen en varios tamaños, denominados de menor a mayor, chaquiste, mosquito,
primera, segunda y tercera; y las de punteado con espiga o plectro, llamadas
guitarras de son, también en distintos tamaños: mosquito, requinto, tercera y
leona. Tanto la jarana como la guitarra de son derivan directamente de la
guitarra barroca española.
Escribe Eloy Cruz (Ensamble Continuo): Las conexiones entre
La Lloroncita y Los Ympossibles van más allá de la parte musical. En la
correspondencia amorosa entre fray Joseph Ignacio Troncoso y sor María de Paula
de la Santísima Trinidad (Puebla, 1795), hay unos versos que mencionan dos
suplicios: amar un imposible y la imposibilidad de olvidarlo; a causa de estos
dos imposibles 'No hay dolor ni tormento / más insufrible'.
Santiago de Murcia (1673 - 1739), fue un guitarrista y
compositor español del periodo barroco.
Aunque pocos datos de su vida son conocidos, parece ser que
fue discípulo de Francisco Guerau, y también músico y maestro de guitarra de la
reina María Luisa de Saboya, primera esposa de Felipe V.
Murcia fue, sin género de dudas, el guitarrista más
internacional del barroco hispánico. Si bien en sus primeras obras ya nos
muestra un conocimiento profundo de la técnica del punteado (por ejemplo en su
obra "Resumen de acompañar la parte con la guitarra", 1714), es mucho
más conocido por otra fuente: el llamado Códice Saldívar nº 4, manuscrito de
tablatura de guitarra de cinco órdenes.
El Códice Saldívar IV, fue encontrado por el reputado
musicólogo mexicano Gabriel Saldívar (de quién tomó el nombre), en 1943, en un
anticuario de León (Guanajuato - México). Esta circunstancia hizo pensar, en un
principio, que Murcia pudo viajar a la Nueva España, aunque el dato es
incierto. Lo que es un hecho, es que sus obras sí fueron interpretadas en el
México virreinal.